Casi cada domingo desde hace doce años, en las calles que rodean el Kiosco Morisco de Santa María la Ribera (Cuauhtémoc, Ciudad de México), se lleva a cabo un sonidero en donde los vecinos de la colonia, en su mayoría adultos mayores, se reúnen para bailar al ritmo de la música que suena desde bocinas e instrumentos musicales. Hace una semana, la alcaldesa Sandra Cuevas solicitó a los participantes reducir el volumen del sonidero y, acusándolos de haberse negado, tomó la decisión de prohibirlo.
A pocos metros del quiosco, Cuevas habita un departamento con un valor aproximado de 5 millones de pesos. En respuesta a la prohibición del sonidero, vecinos de la colonia decidieron llevar a cabo una manifestación pacífica frente a su domicilio. Un grupo de policías intervino en la manifestación para detenerla. Algunos incluso vestidos de civiles, decomisaron instrumentos y bocinas con actos de intimidación y violencia.
En apoyo a los manifestantes, la librería Volcana decidió auxiliarlos prestando energía eléctrica y resguardando sus instrumentos musicales.
La librería Volcana también es un centro social con el que sus organizadores buscan crear comunidad entre los vecinos de la colonia a través de la cultura. En sus libreros se encuentran publicaciones de tres editoriales independientes: Bajo Tierra Ediciones (México), Tinta Limón (Argentina) y Traficantes de Sueños (España). Se definen como un espacio autónomo y apartidista, por lo que reprueban el abuso gubernamental y rechazan la asistencia de entidades gubernamentales, pues su «fuerza está en el tejido de personas, colectivos y organizaciones».
El mismo día de la manifestación, a las 16:00 horas, los libreros recibieron un citatorio para una inspección por parte de las autoridades de la alcaldía sin un motivo claro. A través de redes sociales, otras librerías independientes, escritores y académicos externaron su solidaridad con la librería.
Finalmente, el lunes 20 de febrero, el Instituto de Verificación Administrativa (INVEA) de la alcaldía, llevó a cabo la inspección que concluyó en «recomendaciones de protocolo» y una cita diez días después para verificar datos adicionales.
Desde que asumió el cargo en octubre de 2021, Sandra Cuevas se ha colocado varias veces en el centro de controversias como esta. En mayo de 2022, por ejemplo, ordenó retirar los coloridos rótulos que decoran puestos de comida para colocar en su lugar logotipos de su gobierno en color azul y pintar el resto de la superficie en color blanco. Su más reciente conflicto fue en enero, cuando la Contraloría de la Ciudad de México encontró dentro de las instalaciones de la oficina de Desarrollo Social y Bienestar de la alcaldía, pancartas y lonas contra la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum.
A pesar de la inspección, la librería retomó sus actividades al siguiente día y, junto a otras organizaciones y vecinos, se siguen pronunciando en favor del uso cultural del espacio público y la libre manifestación. El jueves tendrán una charla sobre el papel del pueblo en la vida comunitaria en la ciudad.
La alcaldesa anunció el miércoles que tras terminar su administración en la alcaldía se retirará de la política.